Blog
Blog>
¿Cómo debemos alimentar a los lechones en transición?
21 de enero de 20 - Estudios
Si hacemos un ejercicio de empatía es fácil comprender que la fase de destete de lechones y, en especial los primeros días, es el periodo más estresante de sus vidas. En condiciones naturales, la lactación dura alrededor de 70 días y la transición de una dieta líquida a una sólida se produce de forma gradual. Actualmente el destete se produce entre los 21/28 días de vida provocando un cambio precoz y brusco para el lechón, no solo a nivel alimentario, sino también social y ambiental.
Si nos centramos en la transición alimentaria, esta debe ser siempre suave y gradual para facilitar la difícil adaptación y el desarrollo de los sistemas digestivo e inmune. El paso de la leche, cuyos valores energéticos y proteicos son de un alto valor biológico, al pienso, con hidratos de carbono como principal fuente energética, no es tarea fácil. Tras el destete los lechones deben adaptase a un nuevo ambiente, distinto grupo de animales y una nueva jerarquía. Además del cambio de alimentación, se le une ahora el agua, y el animal debe aprender a diferenciar entre la sed y el hambre. Algunos estudios reflejan que hasta el 40% de los lechones tardan más de 10 horas en volver a comer después de ser destetados, un 10% más de 40, y algunos hasta 100 horas.
Todo esto hace que sea habitual que la gran mayoría de los lechones recién destetados disminuyan su ritmo de crecimiento y que algunos lleguen incluso a perder peso, por lo que es muy importante ayudarles a adaptarse tanto alimentariamente como socialmente, así como con instalaciones que garanticen su confort. Primeramente, se recomienda dispensar agua y pienso a los lechones ya en la fase de lactación, pequeñas cantidades, pero muy a menudo. Los lechones que ingieren pienso en maternidad empiezan a desarrollar el sistema enzimático que les ayudará a adaptarse mejor a la alimentación con piensos compuestos una vez destetados, empezando a comer y crecer antes y con mayor ganancia de peso diaria. Una vez destetados es de vital importancia que los lechones empiecen a beber lo antes posible, por lo que se recomienda el uso de bebederos que no requieran aprendizaje, como los de nivel de agua sin mecanismos, o donde haya restos de agua de los cerdos más adelantados accesible para los mas rezagados, como los de cazoleta. Estos tienen que estar instalados a una altura adecuada que facilite el acceso al agua. En cuanto a los comederos, como los animales en maternidad comen simultáneamente aproximadamente cada hora pequeñas cantidades de leche cada uno en su propia teta, es importante aumentar temporalmente los espacios de alimentación con platos de refuerzo, hasta que los lechones creen la jerarquía para usar los comederos en turnos, reduzcan el número de comidas por día y aumenten su velocidad de ingesta. Estos también pueden servir para preparar papillas los primeros días, haciendo aún más gradual el paso de la alimentación líquida a la sólida.
Con las papillas, los lechones encuentran el agua y el pienso juntos, comen en grupo y al aplicarla también se reproduce el efecto llamada (como con su madre). Inicialmente la papilla debe prepararse con agua templada, el plato limpio y con una frecuencia de unas 3 veces al día. La cantidad debe estar relacionada con la cantidad de lechones del corral y su velocidad de ingesta. La idea es ofrecerla lo más fresca posible, sin que esté mucho tiempo en el plato, pero con la precaución de no ofrecerla muchas veces al día, porque entonces se acostumbran demasiado a ella y no acuden a la tolva con pienso en seco. La proporción agua/pienso debe reducirse gradualmente haciéndose cada vez más concentrada. El momento de su retirada no debe coincidir con un cambio de pienso (lactoiniciador/prestarter).
En las fases de crecimiento, los animales se suelen alimentar a libre disposición de agua y alimento (ad libitum) por tal de maximizar el consumo de alimento y el crecimiento. La alimentación con pellets (en lugar de harina) y con agua en el comedero (en lugar de seco) suele aumentar la velocidad de ingesta y el consumo total de alimento, con la correspondiente mejora de la velocidad de crecimiento. Pero alimentar con pienso humedecido exige un manejo adecuado, ya que un exceso o falta de flujo de pienso o agua por mal ajuste, o que el pienso se degrade al permanecer mojado por un tiempo excesivo, pueden derivar en problemas de adaptación, poco consumo o un aumento del desperdicio.
Los cerdos varían sus requerimientos nutricionales a medida que crecen, y es muy importante que la composición de su alimentación se vaya modificando, tanto para garantizar que los animales tengan una dieta adaptada a sus necesidades, como para reducir el coste del alimento y el contenido de nitrógeno y fósforo de las deyecciones, originado en gran parte por el exceso de proteína en la dieta que no es digerida. Hay que considerar que la transición de piensos es tanto a nivel nutricional como de los ingredientes que lo componen. Progresivamente, se va adaptando al lechón a metabolizar proteínas de origen animal a proteínas de origen vegetal. En consecuencia, la composición de los piensos también va cambiando a ingredientes cada vez más básicos, con digestibilidades más bajas, pasando de aminoácidos más altos a más bajos y de energías más bajas a más altas. Por tanto, es importante tener en cuenta que el cambio de un pienso a otro hay que hacerlo de forma gradual durante, al menos, 3 días. La mezcla de piensos debe ser lo máximo de homogénea posible para no provocar desequilibrios bruscos a nivel de flora intestinal ni perjudicar el consumo medio diario al aplicar un cambio demasiado repentino a nivel nutricional. Esto es aún más importante tras la limitación del uso de antimicrobianos en el pienso como antibióticos y el óxido de zinc.
Es extremadamente importante tener en cuenta que, en la mayoría de las instalaciones, la capacidad de la tolva del comedero por animal es mucho mayor que la cantidad de pienso que los animales pueden ingerir en un día, pudiendo contener alimento para más de una semana cuando los animales son mas pequeños. Por ello hay que instalar bajadas telescópicas que permitan llenarlas parcialmente, tanto para que el pienso no este demasiado tiempo en la tolva y pierda propiedades, como para garantizar que los cambios de pienso se hagan adecuadamente. En consecuencia, los primeros días es muy aconsejable dispensar el pienso que se van a comer en 24 horas, tener bien regulada la apertura del pienso y no olvidar mantener siempre los comederos lo más limpios posible, sin restos de pienso sucio. Para finalizar, no olvidemos que cualquier reducción de peso en el destete, o un retraso en la ganancia de peso diaria tras el mismo, se ve negativamente amplificada en la curva de crecimiento durante el periodo que va del destete al sacrificio, aumentando la variabilidad de peso entre animales de la misma edad. El objetivo de llevar a cabo una buena transición de piensos es evitar la parada o reducción del crecimiento y la proliferación de enfermedades entéricas. Si logramos alcanzar este fin, nos será mucho más fácil preservar y mantener la salud de los lechones y, en consecuencia, reducir los costes de producción de esta fase.