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El error número 1 es no diferenciar bien la zona limpia de la zona
18 de octubre de 18 - Noticias
¿Qué importancia tiene la bioseguridad en las explotaciones porcinas?
Tiene un papel importantísimo. El concepto básico lo define muy bien el dicho: “más vale prevenir que curar”. De una forma más técnica, podríamos decir que la bioseguridad es todo aquello que podemos hacer para que no entren enfermedades infecciosas en el sistema productivo. En nuestro negocio trabajamos con animales vivos, lo que quiere decir que trabajamos con algo muy delicado, que hay que proteger, por lo que necesitamos medidas de bioseguridad.
En la práctica, ¿se aplican medidas de bioseguridad?
En la mayoría de explotaciones sí, pero hay algunas en que no. El problema es que el sector porcino es muy amplio y, desgraciadamente, en según qué enfermedades dependemos del que peor lo haga. Es decir, aunque implementemos todas las medidas de bioseguridad existentes, aunque lo hagamos lo mejor posible, si hay alguien que no lo hace suficientemente bien, cuando aparezca un problema, saldrá igual de perjudicado el que lo hace bien como el que lo hace mal. Por eso es tan importante que todo el mundo aplique medidas de bioseguridad.
Existen dos niveles de bioseguridad, la externa y la interna. ¿A qué hace referencia cada nivel?
La bioseguridad externa es aquella que aplicamos para protegernos de lo que pueda venir de fuera, y la bioseguridad interna es todo lo que se hace para protegerte de problemas que ya están en el sistema productivo. Ésta última es más compleja, porque si ya es difícil aislar la granja del resto del mundo, intentar hacer diferencias dentro de la propia granja es más complicado.
Empecemos por mirar la explotación de fuera hacia dentro, hablando en primer lugar de bioseguridad externa. ¿De qué tenemos que proteger nuestra explotación?
Lo cierto es que cuando hablamos de bioseguridad no tiene mucho sentido hacer una lista de enemigos, porque las medidas de bioseguridad son para todos, tanto los conocidos como los desconocidos. Si hubiésemos tenido unas buenas medidas de seguridad, el PRRS no nos hubiese hecho tanto daño como nos hizo. A partir de ahí, sí debemos tener unas medidas básicas, como un vallado que impida, físicamente, tanto el paso de personas como de animales, y delimitar muy bien qué es la zona limpia (la granja) y qué es la zona sucia (el resto del mundo), a la que tenemos que tratar como si estuviese llena de todas las enfermedades existentes. Precisamente, en cuanto a la delimitación de la zona limpia y zona sucia, debemos tener en cuenta unos puntos críticos, que son los puntos de contacto, es decir, de las personas que entran por el vestuario, del ganado que entra por el muelle de carga, del material que entra por el punto de recogida, etcétera.
¿Cuáles son las medidas básicas que deben aplicarse en bioseguridad externa?
Seria muy importante conseguir que todas las granjas de España tuviesen un vallado, pajareras, un buen muelle de carga e hiciesen bien el cambio de ropa. Hay muchas cosas más, pero si conseguimos que todos cumplan estas medidas básicas, será un éxito. Eso sí, las medidas deben aplicarse correctamente. Por ejemplo, en el caso concreto del muelle de carga, es importante que quede muy claro cuál es la zona limpia y cuál es la zona sucia, el chófer debe saber por donde puede circular y hasta dónde, y lo mismo el ganadero. Por otra parte, es fundamental que el muelle evite la reentrada a la granja de animales que hayan pisado el camión y la reentrada de líquidos. Desde el día en que se decide construir una granja, se sabe que tendrán que entrar y salir animales. Incluir un muelle de carga es sencillo, supone una pequeña parte de la inversión global de la explotación y sus ventajas son muchas, tanto para el ganadero como para el chófer y para el animal, por lo que creo que habría que incidir más en este sentido.
Relacionado con el muelle de carga, ¿qué medidas hay que adoptar con los transportes que llegan a las explotaciones?
El transporte de ganado es el más delicado y el que peor fama tiene. Todo lo relacionado con el transporte implica prisas, implica controlar mucho el tiempo, ya que un chófer depende del tacógrafo y, para agilizar el proceso de carga y descarga, muchas veces ofrecen su ayuda, entrando en la zona limpia, cuando no debería ser así. Para evitarlo, el día de la carga y descarga de animales, debería haber suficiente personal para hacer esta tarea más ágil y que no se cometan errores. Por otra parte, tendríamos que empezar a plantearnos seriamente tener un vestuario para los chóferes, con posibilidad para que se puedan lavar, con ropa y botas de la propia granja, de uso exclusivo para las cargas.
Entre las medidas básicas también has apuntado el cambio de ropa. ¿Qué hay que tener en cuenta respecto a este punto?
La mejor forma de realizar el cambio de ropa es disponer de un vestuario adecuado. Éste debe estar divido en dos zonas: una zona sucia por la cual el operario entra, deja toda su ropa, reloj, móvil… y atraviesa un punto de paso obligado (donde se realizan las normas de higiene marcadas en la explotación), y una zona limpia donde está disponible la ropa de la explotación. Las normas de higiene del punto de paso obligado pueden variar; normalmente en las granjas de reproductoras, centros de inseminación, núcleos genéticos… es una ducha y, en el caso de las granjas de engorde, si hay ducha, perfecto, y si no, como mínimo debe haber un lavamanos. En cuanto a la ropa de la explotación, es importante que se lave y se seque siempre dentro de las instalaciones.
Más allá de estas medidas básicas, si queremos extremar la bioseguridad, ¿qué otras medidas se pueden aplicar?
Por ejemplo, en referencia a la entrada de material, deberíamos tener un muelle de carga específico para este, en el cual se pueda desinfectar, o tomar medidas como que el material llegue dentro de una doble bolsa. En cuanto a las herramientas de operarios externos a la explotación, también se pueden tomar medidas de prevención, como que la granja disponga de herramientas para uso interno o que haya la opción de desinfectarlas antes de su entrada a granja.
Finalmente, ¿cuáles son los principales errores que se cometen en bioseguridad externa?
El error número 1 es no diferenciar bien la zona limpia de la zona sucia y, en segundo lugar, a menudo no se entiende para qué sirven las medidas y solo se aplican porque lo marca la ley. En este sentido, hay que trabajar para concienciar al sector a través de la educación y la formación, y no conformarnos con que las medidas se cumplan por imperativo legal. Si la gente entiende por qué se hacen las cosas, las medidas se aplicarán bien y, sobre todo, perdurarán en el tiempo.