Blog
Blog>
Importancia de la bioseguridad en la lucha contra el PRRS
10 de diciembre de 20 - Noticias
El PRRS (Síndrome Respiratorio Reproductivo Porcino) es una de las enfermedades más temidas por los ganaderos por el impacto económico que puede ocasionar su entrada en una granja. Jordi Baliellas, veterinario del GSP Lleida (Grup de Sanejament Porcí), nos habla sobre las características de esta enfermedad y sobre las herramientas que tenemos para evitar su entrada y/o diseminación por la granja.
Jordi Baliellas, veterinario del GSP Lleida. Foto: Jordi Baliellas.
¿Cuál es la afectación de PRRS en España?
Desde la primera detección de un caso de PRRS en España, que se hizo público en 1991, se ha avanzado mucho en términos de conocimiento científico. Sin embargo, es una enfermedad muy compleja, contra la cual no hay una única forma de control. Se han creado distintas herramientas que ayudan al control de la enfermedad, pero, lamentablemente, todavía tenemos mucho por descubrir.
¿Qué consecuencias tiene la enfermedad sobre los animales?
Cuando la gente piensa en el PRRS normalmente piensan en una clínica reproductiva, cuya principal manifestación es el aborto, la pérdida de la gestación de la cerda, que se suele producir en fases avanzadas, alrededor del mes previo al parto. Pero también tenemos una clínica respiratoria que suele afectar a los lechones, lactantes o de transición. Sin embargo, los cerdos adultos suelen ser más resistentes a esta clínica respiratoria, aunque hay cepas y situaciones que también pueden generar este tipo de presentación clínica en cerdos adultos.
¿Cuáles son los principales síntomas que nos pueden indicar que tenemos esta infección en la granja?
En el caso de una granja de madres, lo más habitual son problemas alrededor del parto, que suelen ser abortos en el final de la gestación o problemas de nacidos débiles y mortalidad de lechones lactantes. No obstante, hay algunas cepas cuyas primeras manifestaciones son problemas respiratorios muy parecidos a una gripe, provocando también fiebre. Por lo tanto, en una granja de cerdas, el ganadero o veterinario debe sospechar que tiene PRRS si detecta problemas respiratorios o reproductivos en el final de la gestación. Por otra parte, en las fases de transición y de engorde, la clínica es respiratoria y cursa muy similar a otros problemas víricos, agravada por el aumento de enfermedades secundarias. En este caso, nos encontramos con animales que dejan de comer, que tienen fiebre, tos, neumonía… A partir de estos síntomas y de la toma de muestras para PCR, que se determina si la granja tiene problemas de PRRS.
¿Cómo se transmite?
Las principales vías de transmisión del virus son los animales de reposición, el semen, los vehículos de transporte sin limpiar ni desinfectar adecuadamente, las visitas, y todo el material que entra en la granja, aunque podemos contemplar otros riesgos como el transporte de cadáveres y una gestión inadecuada de los purines. Por todo ello, la bioseguridad es la herramienta más importante en el control del PRRS. Finalmente, existe la vía de transmisión aerógena, siendo habitualmente la menos frecuente. A parte, existen pocos estudios sobre a qué distancia se puede transmitir el virus y en qué condiciones climáticas.
¿Qué papel juega entonces la bioseguridad para reducir el riesgo de entrada del PRRS en una granja y su diseminación?
Es importantísima. Si queremos evitar la entrada del virus, tenemos que focalizar nuestros esfuerzos, en primer lugar, en mejorar todo lo referente a la bioseguridad externa, todo aquello de fuera de la granja que puede ayudar a introducir el virus. En este sentido, hay que aplicar medidas de bioseguridad para controlar correctamente aspectos como la reposición, el semen, los vehículos de transporte de animales, las visitas y los materiales. Cuando las medidas de bioseguridad externa fallan y el PRRS entra en la granja, es cuando las medidas de bioseguridad interna deben ser eficientes, es decir, todas aquellas medidas que se aplican para evitar la diseminación del virus entre animales de diferentes edades y distintas naves. Acerca de este punto, se ha estudiado mucho sobre la importancia de vías como la iatrogénica a través de las agujas, ya que en una pequeña gota de sangre puede contener una gran cantidad de virus que puede infectar a muchos animales. En este sentido, entre las medidas de bioseguridad interna y de buen manejo que deben aplicarse, se recomienda el cambio frecuente de agujas, el uso de ropa y calzado por fases, limitar las adopciones, trabajar con lotes todo dentro-todo fuera para garantizar una buena limpieza y desinfección, etcétera. Estas medidas son las que nos van a permitir controlar el virus dentro de la granja y reducir los efectos que su presencia puede provocar.
"Es una enfermedad muy compleja, contra la cual no
hay una única forma de control."
¿No hay, por lo tanto, un único tratamiento para acabar con el PRRS?
El mejor tratamiento es la prevención, es decir, la profilaxis, partiendo de una buena bioseguridad externa e interna. Por otra parte, en España tenemos vacunas registradas con diferentes cepas. La combinación de ambas puede ofrecer cierta protección. Por otra parte, como el PRRS muchas veces genera inmunosupresión en los animales, nos encontramos con enfermedades secundarias al virus, muchas de ellas bacterianas, como estreptococias, Glässer, colibacilosis… que debemos monitorizar y gestionar la presencia de patógenos secundarios.
¿Cuánto tiempo podemos tardar en tener una granja libre de PRRS?
Normalmente se plantean tres etapas diferentes: una primera, en la que detectamos la presencia del virus y que se alarga durante unos meses; una segunda que es la de estabilización, que quiere decir que los animales tienen anticuerpos, pero ya no detectamos el virus y las PCR salen negativas; y una fase final, que es la de erradicación de la enfermedad, en la que se aplican medidas como dejar de vacunar, mejorar las medidas de bioseguridad para evitar que nos vuelva a entrar la enfermedad, etcétera. Normalmente, entre la detección de un brote de PRRS y conseguir una granja libre de PRRS, suele pasar entre uno y dos años, como mínimo.
¿Y cuál puede ser el impacto económico del PRRS?
Este virus, que solo afecta a la especie porcina, está tipificado como el virus que provoca más pérdidas económicas en el sector porcino a nivel mundial y su impacto es muy variable, ya que depende de muchos factores. No todas las cepas del virus tipificadas son igual de virulentas, lo que influye también en las pérdidas económicas. En este sentido, podemos pasar de tener unas pérdidas por un brote de PRRS de unos 30 euros por cerda a 500-600 euros por cerda. Es decir, en una granja de 1.000 cerdas las pérdidas pueden ir de 30.000 a 600.000 euros por brote.
¿Cuáles son los principales retos de futuro para combatir esta enfermedad?
A nivel de genómica y de secuenciación, la investigación de determinados genes que codifican por patogenicidad, y mecanismos de control a partir de la estimulación del sistema inmune, con la generación de nuevas estrategias de vacunación, pueden ser, si se destinan suficientes recursos económicos, opciones que nos ayudarán en el control del PRRS. Sin embargo, creo que lo que tenemos que hacer es aplicar aquello que ya sabemos que funciona en la prevención y en el control del PRRS. Lamentablemente, aún nos encontramos granjas que no están poniendo en práctica ciertas medidas que conocemos que son eficaces. A partir de ahí, esperamos que en un futuro la ciencia aporte nuevas medidas que nos ayuden a controlar el PRRS.