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¿Cuáles son los puntos más críticos de la diarrea neonatal?
26 de febrero de 19 - Estudios
Autora: Susana Mesonero Escudero. Technical Service Manager Spain and Portugal IDT Biologika.
1. Introducción
Desde la aparición de una producción del cerdo más moderna a finales de los años 50-60, la diarrea ha sido uno de los signos clínicos más frecuentes de enfermedad encontrado en los lechones neonatos (Alexander, 1994).
La enfermedad entérica en los lechones recién nacidos es a menudo de tipo enzoótico, pero también puede presentarse de forma aguda, con una elevada morbilidad y mortalidad asociada. Así pues, las consecuencias económicas de la diarrea neonatal porcina enzoótica pueden ser sustanciales. En estudios realizados en Suecia y Dinamarca, se ha calculado que la diarrea representa el 5-24 % de la mortalidad predestete general y reduce la ganancia media diaria en 8-14 g por día. A partir de estos efectos, el coste de la diarrea neonatal porcina fue estimado en 134 € por cerda y año (Sjölund, 2014).
2. Aspectos de la fisiología neonatal relacionados con la salud intestinal
Las funciones de barrera gastrointestinal en el lechón neonato no están tan desarrolladas como en animales adultos. El lechón recién nacido es inmunológicamente inmaduro. Su inmunidad intestinal no se considera funcionalmente desarrollada hasta las 4-7 semanas de edad.
La inmunidad pasiva recibida dependerá de la transferencia de calostro y, por tanto, una de las tareas principales del intestino de lechón recién nacido es la absorción de calostro. El calostro de la cerda contiene principalmente altas concentraciones de IgG, pero también contiene IgA, IgM, células inmunes y diversas sustancias antimicrobianas tales como lactoferrina.
El transporte de inmunoglobulinas maternas intactas al intestino delgado es facilitado por diversos mecanismos. La secreción de ácido gástrico es menor en lechones recién nacidos en comparación con animales maduros y, combinado con el efecto tampón del calostro, las inmunoglobulinas quedan protegidas de la desnaturalización. Además, la proteasa gástrica dominante después del nacimiento, la quimosina, tiene una capacidad proteolítica menor en comparación con la pepsina. El calostro también contiene inhibidores de la tripsina que aumentan significativamente la absorción de IgG.
"La diarrea neonatal representa el 5-24% de la maternidad predestete general"
El conjunto de estos factores protege de la degradación digestiva de las inmunoglobulinas en el calostro pero, sin embargo, también promueven la supervivencia de microbios potencialmente dañinos y pueden evitar la degradación de sustancias nocivas (por ejemplo, toxinas clostridiales).
Otro evento clave en el desarrollo funcional del intestino es la adquisición de una microbiota intestinal comensal. Se cree que la colonización inicial del tracto gastrointestinal generalmente comienza un poco después del nacimiento, a causa de los microrganismos presentes en el entorno inmediato. Se considera que la principal fuente de la microbiota, al igual que en los bebes, sean probablemente las heces maternas.
Imagen de lechones con diarrea neonatal.
3. La diarrea neonatal como signo clínico
La diarrea puede ser descrita como heces con un exceso de agua en relación con la materia seca fecal (Brown, 2007a).
La diarrea es simplemente un signo clínico, no un diagnóstico definitivo. Una vez descartados problemas de higiene y manejo, la causa más frecuente suele ser la infección por un agente patógeno. El diagnóstico diferencial incluye virus, bacterias y parásitos
En general, los enteropatógenos causan diarrea, ya sea directamente, al afectar al transporte de iones y las funciones de barrera o, indirectamente, a través de la inflamación o la pérdida de superficie de absorción. Por ejemplo, la E. coli enterotoxigénico (ETEC) causa una diarrea secretora profusa por la producción de enterotoxinas que tienen efectos sobre el transporte de iones e inducen un estado de hipersecretor en el intestino delgado. Por otra parte, el Clostridium (C. perfringens tipo C) provoca un daño grave en la mucosa intestinal a través de su potente toxina β, que conlleva un deterioro evidente de la absorción, así como la efusión de líquido intersticial y sangre al lumen. Por otra parte, el patógeno Cystoisospora suis se multiplica en el epitelio intestinal, y produce una pérdida excesiva de enterocitos y, como consecuencia, una disminución de la capacidad de absorción digestiva.
Los signos clínicos y el resultado de las enfermedades entéricas en el lechón recién nacido varían dependiendo tanto del agente infeccioso implicado como de la susceptibilidad de los lechones a la infección (Thomson, 2012). Independientemente de la causa, se producirá una rápida pérdida de agua, electrolitos y nutrientes. Teniendo en cuenta las limitadas reservas corporales del lechón recién nacido, esto pronto provocará un agravamiento del estado lechón, que puede morir en cuestión de horas. Por lo tanto, la diarrea aguda en el cerdo recién nacido siempre debe recibir atención inmediata.
4. Diagnóstico
Para la investigación de las enfermedades infecciosas, resulta crucial la identificación del agente causal. Sin embargo, el diagnóstico microbiológico de las infecciones entéricas se complica por el hecho de que el tracto gastrointestinal normalmente contiene una mezcla compleja de microorganismos. Por lo tanto, la mera detección de un organismo específico en el intestino de una animal enfermo no indica automáticamente que la enfermedad sea resultado de su presencia.
Un diagnóstico preciso de un brote de diarrea neonatal en una granja requiere de un veterinario que observe a los cerdos en su entorno: es importante determinar si los lechones sanos tienen diarrea o si lechones con la salud comprometida la desarrollarán, así como diagnosticar la salud de la cerda y su estado inmunológico.
La necropsia se debe realizar en lechones que hayan padecido la enfermedad en distinto grado, y deben seleccionarse tejidos de lechones no medicados, y se escogerán lechones afectados de forma aguda para su examen. Además, las muestras obtenidas para el examen microscópico de los lechones sacrificados deben fijarse inmediatamente en formalina al 10 %.
La diarrea puede implicar más de un agente etiológico. El diagnóstico del agente causal de la diarrea se basa generalmente en los signos clínicos, la edad de inicio, el patrón de mortalidad, la presencia de lesiones macroscópicas y microscópicas, y en el aislamiento del patógeno sospechoso (s); para los casos de enfermedades crónicas, la historia de la infección en el rebaño también debe ser considerada.
"La diarrea aguda en el cerdo recién nacido siempre debe recibir atención immediata"
Mediante la determinación del pH fecal se puede presumir un diagnóstico. Por ejemplo, la diarrea secretora causada por la infección ETEC tiene un pH alcalino, mientras que la diarrea de malabsorción causada por el virus de la gastroenteritis transmisible o rotavirus tiene un pH ácido.
El diagnóstico de la diarrea neonatal se ha centrado sobre todo en la detección de los agentes infecciosos más comunes, tradicionalmente por métodos directos, como el cultivo, la microscopía y los ensayos basados en antígenos. Sin embargo, con la introducción del diagnóstico molecular de alta sensibilidad, también pueden detectarse infecciones de bajo nivel y de incierta importancia clínica. Por lo tanto, los resultados microbiológicos deben interpretarse con cuidado y en relación con los signos clínicos y lesiones patológicas del animal enfermo, así como a partir del conocimiento actual de la enfermedad asociada.
5. Control
Frente a la diarrea neonatal se han empleado diversos tipos de intervenciones preventivas y medidas de control, que incluyen la vacunación de las cerdas durante la gestación para inducir anticuerpos séricos que más tarde serán transmitidos de la cerda a los lechones a través del calostro. La vacunación que se utiliza comúnmente es contra E. coli y C. perfringens tipo C. En el mercado existen bacterinas que contienen cepas de E. coli de los principales serogrupos O, antígenos fimbriales y enterotoxinas; hay otras vacunas de subunidades que contienen antígenos fimbriales y enterotoxinas purificadas. En lo que se refiere a C. perfringens tipo C, la vacunación de las cerdas como medida de profilaxis se realiza mediante la vacunación de las cerdas con toxoide β. Actualmente existe en el mercado europeo una vacuna comercial con los toxoides α y β2 frente a C. perfringens tipo A. Además, existe una vacuna polivalente registrada en Estados Unidos frente a 2 serotipos del serogrupo A de rotavirus.
En casos especiales, se pueden preparar vacunas autógenas personalizadas a partir de los patógenos específicos encontrados en el rebaño.
Adicionalmente, la genética tiene una influencia, como la resistencia a E. coli F4. La expresión o no de este receptor en este tipo de fimbria y, por lo tanto la resistencia o susceptibilidad a este patógeno está controlada por genes simples.
Por otro lado, no deben descuidarse una limpieza y desinfección adecuadas, ya que este manejo contribuye a una presión significativamente menor de la contaminación. Es preferible un manejo todo dentro - todo fuera en la granja a la producción continua. Por otra parte, la limpieza del pezón en cerdas lactantes reduce significativamente el contaje bacteriano de la superficie de la piel y, aunque es laborioso, se puede utilizar como enfoque profiláctico para disminuir el número de bacterias a las que estarán expuestos los lechones. Algunos ganaderos han implementado la retroalimentación fecal a cerdas gestantes antes del parto, con el objetivo de iniciar o potenciar una respuesta inmunológica en cerdas frente a patógenos específicos del rebaño. Posteriormente los lechones recibirán de la cerda, a través del calostro, anticuerpos "específicos del rebaño”. Debemos tener en cuenta que, con este método, nunca sabremos con qué tipo de patógenos estamos alimentando a nuestras cerdas.
Imagen de diarrea neonatal.
Cómo funciona la inmunización materna:
Como ya sabemos, la diarrea causa alteración del bienestar de los animales y, en un intento de curar la causa subyacente, que puede ser infecciosa, y/o para proteger a los lechones susceptibles contra agentes infecciosos secundarios, los ganaderos y los veterinarios recurren a los antibióticos para el tratamiento de los lechones.
Los antibióticos de amplio espectro alteran la microbiota bacteriana normal del intestino y favorecen el crecimiento excesivo de bacterias que no son susceptibles a los antibióticos, por lo que pueden provocar diarrea asociada a los antibióticos. Dado que los lechones recién nacidos todavía no han establecido una flora intestinal estable, pueden ser particularmente susceptibles a los cambios microbianos causados por los antibióticos de amplio espectro.
6. Conclusiones:
Además de determinar la causa infecciosa, las investigaciones de diarrea neonatal en una granja también deben incluir el examen de otros posibles factores que pudieran intervenir. Los principales determinantes para la manifestación de diarrea neonatal incluyen el nivel de inmunidad pasiva transferida por el calostro, la temperatura ambiental y la presión de infección de patógenos específicos presentes en el rebaño. Una inadecuada protección pasiva puede ocasionar una inmunidad débil por la falta de anticuerpos protectores frente al agente infeccioso presente o por una ingesta insuficiente de calostro (Martineau, 1995).
Las medidas profilácticas contra la diarrea neonatal a menudo se centran primero en métodos basados en la implementación de esquemas de vacunación, pero la toma de calostro inadecuada también es un problema frecuente (Martineau et al., 1992). El bajo consumo de calostro por parte del lechón, a su vez, puede estar relacionado con factores maternos tales como el síndrome de disgalaxia posparto, y con factores relacionados con lechones débiles, tales como bajo peso al nacer e hipotermia. Debido a la sensibilidad de los lechones al estrés por frío, la temperatura del entorno es un factor importante en la determinación de la susceptibilidad a la enfermedad. Además, un entorno con temperaturas bajas, corrientes de aire y una alta humedad puede contribuir a la prolongada supervivencia de muchos agentes infecciosos. Sin embargo, un manejo todo dentro – todo fuera de los lotes de partos es uno de los factores más importante para evitar una acumulación de patógenos en el medio ambiente, ya que permite el saneamiento a fondo de la sala de partos entre lotes.
Por lo tanto, la presencia de diarrea neonatal porcina en un rebaño debe considerarse el resultado de la interacción de múltiples factores que deben ser examinados cuidadosamente con el fin de encontrar medios racionales para una intervención adecuada.
Además de las consecuencias económicas, la diarrea neonatal tiene otras implicaciones importantes. El desarrollo y propagación de resistencia a los antibióticos es una de las mayores amenazas para la salud animal y humana. Por lo tanto, es de suma importancia un uso mínimo y prudente de los antimicrobianos.