Blog
Blog>
El control de la gestión de purines, una cuestión de sostenibilidad
03 de mayo de 21 - Noticias
Tras aprobar en 2019 el decreto 53/2019 para garantizar un sistema de gestión sostenible del purín en el sector porcino, en 2021 el Gobierno de Aragón ha dado por finalizadas las moratorias concedidas al sector para su adaptación a la normativa europea. De esta forma, se han iniciado una serie de controles e inspecciones para asegurar que ganaderos y agricultores implicados en todo el ciclo del purín, desde la recogida en las granjas, el transporte, tratamiento y almacenamiento, hasta su aplicación como fertilizante, cumplan la normativa vigente. Para conocer estos cambios, hablamos con el director general de Calidad y Seguridad Alimentaria de Aragón, Enrique Novales.
Enrique Novales, director general de Calidad y Seguridad Alimentaria de Aragón.
Este 2021 en Aragón terminan las moratorias para cumplir la normativa comunitaria en materia de gestión de los purines y su aplicación en los cultivos. ¿Cuáles son los cambios que han entrado en vigor y debe cumplir el sector?
Por una parte, este año entra en vigor definitivamente el decreto 53/2019, que establece que toda explotación, tanto las granjas de porcino con tierras como las que no tienen, deben presentar un plan de gestión de los purines que generan, e indicar dónde y cómo gestionan el purín. Es decir, nos tienen que comunicar si hacen autogestión, por lo que tendrán que decir qué cantidad de superficie están utilizando para gestionar el purín o, si les gestiona el purín un centro gestor, indicar qué centro.
Por otra parte, también se han producido cambios en la normativa de aplicación del purín al suelo. En este sentido, queda prohibida la aplicación realizada en plato o abanico, y ahora debe realizarse a través de tubos colgantes.
¿Qué opciones de gestión se plantean?
Básicamente, hay dos opciones: la autogestión, en la que el ganadero dispone de superficie suficiente donde gestionar y aplicar los purines que genera, y los centros gestores, que recogen los purines generados por las granjas y se ocupan de su gestión. En el sistema de integración, que es el mayoritario en Aragón, los centros gestores entendemos que son la opción más efectiva y económica. Por eso, en Aragón se ha apostado por los centros gestores y, actualmente, hay alrededor de 32 centros gestores funcionando, y la idea es que la cifra aumente. Por otro lado, también hay plantas de nitrificación que están haciendo pruebas para bajar el nitrógeno de los purines, pero cuestan alrededor de 3-5 euros el metro cúbico, cuando en una gestión agrícola correcta está alrededor de 2 euros el metro cúbico.Finalmente, también tenemos cuatro plantas de tratamiento de purín, que se construyeron en su momento para cubrir la necesidad existente en zonas de alta concentración de actividad ganadera. Dos están en la zona de la Litera, en Zaidín y Capella (Huesca) y otras dos en Peñarroya de Tastavins y Valderrobres (Teruel). Este es otro sistema, relativamente más caro, pero que hay que aplicar en zonas donde no hay superficie agrícola si el sector quiere ser sostenible.
¿Qué controles va a realizar la administración?
Desde la administración vamos a requerir a todos los ganaderos que hacen autogestión que declaren cómo gestionan el purín, y vamos a requerir la misma información a los centros gestores, para saber de dónde sacan el purín, dónde lo gestionan, cómo, etcétera. En lo referente a la aplicación, se va a hacer una campaña de control e inspecciones para que todas las cubas que estén aplicando purín tengan el sistema de tubos colgantes y no de abanico.
"Los países que nos están comprando el producto
quieren que nuestra producción sea sostenible."
¿Se contemplan sanciones?
Aragón, junto con Cataluña, somos las dos comunidades que concentran el 50 % de la producción porcina nacional, por lo tanto, somos dos territorios que podemos tener problemas de gestión de los purines. Con ello me refiero a que, aunque se prevé la aplicación de sanciones, estos primeros años nos toca afinar un poco el funcionamiento de la norma y la manera de controlar su cumplimiento. No podemos pasar de 0 a 100, hay que avanzar paulatinamente. En cambio, en las inspecciones de las cubas sí que se prevé ya la aplicación de sanciones económicas en aquellos casos en los que no se aplique el purín mediante tubos colgantes.
¿Ha supuesto una gran inversión para el sector la adaptación?
Realizar el plan de tratamiento no conlleva ninguna inversión. Realmente, lo que estamos pidiendo es justificar la gestión del purín que ya se debería estar haciendo correctamente. Otra cosa es lo referente a los cambios en la aplicación del purín, lo que ha requerido una adaptación de las cubas y, por lo tanto, un coste adicional durante el último año que, según el sector, oscila entre los 15.000 y los 25.000 euros. En este sentido, en su momento, el ministerio de Agricultura ofreció ayudas para la modernización de la maquinaria agrícola y, según los datos que tenemos, Aragón ha sido la comunidad autónoma que más se ha beneficiado de esta línea de ayudas.
¿Qué beneficios aportan la aplicación y control de estas medidas?
Lo que se pretende con el control de la gestión de los purines es una cuestión de sostenibilidad del sector. Evidentemente, es fundamental e imprescindible cumplir con la normativa europea, pero, a su vez, teniendo en cuenta que el sector porcino español está exportando el 50% de lo que produce, es muy importante que esa producción sea sostenible. Si el sector no es sostenible, en cualquier momento la exportación se puede ver comprometida, porque los países que nos están comprando el producto quieren que la producción sea sostenible.
Ante esta nueva realidad, ¿el sector aragonés está ya adaptado a la nueva normativa?
Yo creo que sí. Seguro que como en toda adaptación a una nueva normativa, siempre hay algún porcentaje de ganaderos que esperan a última hora a ver si la norma cambia o se retrasa, pero creo que este mes de febrero prácticamente todas las cubas que gestionan purín en Aragón ya trabajan con el sistema de tubos colgantes.