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Estrategias para el control del PRRS

Estrategias para el control del PRRS

04 de marzo de 25 - Noticias

El Síndrome Respiratorio y Reproductivo Porcino (PRRS) es una de las enfermedades más desafiantes para la industria porcina a nivel mundial. Y es que, desde su aparición a finales de los años 80, la variabilidad genética del virus ha dado lugar a múltiples epidemias causadas por cepas emergentes y remergentes, lo que ha complicado su control y erradicación. Su capacidad de mutación y recombinación no solo facilita su persistencia en los sistemas productivos, sino que también le permite evadir la inmunidad adquirida, ya sea por vacunación o infección previa. Ante este panorama, los ganaderos deben estar preparados para afrontar la evolución constante del PRRS con estrategias que combinen bioseguridad avanzada, gestión sanitaria eficiente, monitoreo epidemiológico, investigación en nuevas vacunas y desarrollo de modelos innovadores de manejo de la producción.

Evolución del PRRSV y su impacto en la producción

Desde sus primeros brotes, el PRRSV ha evolucionado significativamente con la aparición de múltiples cepas con distintos niveles de virulencia. En los años 90, las variantes VR-2385 y SDSU 73 marcaron los primeros brotes severos en América del Norte. Posteriormente, durante la década de los 2000, surgieron cepas más patogénicas como JA142 y MN184. En los últimos años, variantes como NADC30 y NADC34 han mostrado una amplia distribución global, afectando a granjas en Europa, América y Asia.

En Europa, la variante "Rosalía", detectada en España en 2020, y la cepa Lena en Bielorrusia han demostrado una gran capacidad de diseminación. Estas cepas han sido responsables de brotes severos, caracterizados por fallos reproductivos, neumonía intersticial grave en lechones y una mayor excreción viral, lo que facilita la propagación del virus dentro de las granjas.

Los efectos del PRRS en la producción porcina son devastadores. En cerdas gestantes, la infección provoca abortos, nacimientos prematuros y una reducción en la tasa de partos. En lechones y cerdos en crecimiento, el virus compromete la función inmunitaria, haciéndolos más susceptibles a infecciones secundarias, como neumonía bacteriana. Esto se traduce en un aumento de la mortalidad, menor ganancia de peso y una reducción en la eficiencia alimenticia.

Dado que el PRRSV tiene la capacidad de persistir en el organismo durante períodos prolongados y transmitirse de forma subclínica, su erradicación en las granjas infectadas resulta difícil. Es por ello que es fundamental adoptar un enfoque integral basado en estrategias de control multidimensionales.

Estrategias para el control del PRRS

El control del PRRS requiere una combinación de medidas que reduzcan la circulación del virus y minimicen su impacto en la producción. Entre ellas, destacan:

1. Bioseguridad

La bioseguridad es la primera línea de defensa contra el PRRS. La transmisión del virus puede ocurrir a través de contacto directo entre animales infectados y susceptibles, pero también mediante fómites, aerosoles y vectores mecánicos. Para reducir la introducción y propagación del virus en las granjas, es esencial implementar medidas estrictas de bioseguridad, como:

  • Control de acceso y restricción del movimiento de animales, personas y vehículos.
  • Implementación de filtros de aire en granjas situadas en zonas de alta densidad porcina.
  • Protocolos estrictos de limpieza y desinfección de instalaciones y equipos.
  • Manejo del flujo de animales dentro de la granja para evitar el contacto entre grupos de diferentes edades.
  • Evaluación de riesgos mediante metodologías cuantitativas para medir la efectividad de las medidas de bioseguridad implementadas.

2. Manejo sanitario y control epidemiológico

El monitoreo continuo del PRRS en las granjas es clave para detectar la presencia del virus y evitar su diseminación. Las estrategias incluyen:

  • Diagnóstico temprano mediante PCR en tiempo real, ELISA y secuenciación genética para identificar las cepas circulantes.
  • Estrategias de cierre y apertura de granjas para reducir la transmisión del virus dentro de la población porcina.
  • Homogeneización inmunitaria del hato mediante exposiciones controladas y estrategias de manejo de reemplazos.
  • Coordinación entre productores y veterinarios para compartir información epidemiológica y mejorar la toma de decisiones en la industria.

3. Investigación en patogenia e inmunología

El PRRS sigue siendo una enfermedad difícil de controlar debido a la complejidad de la respuesta inmunitaria del hospedador. Se requiere mayor inversión en el estudio de la patogenia del virus y su persistencia en los individuos infectados para desarrollar estrategias terapéuticas más eficaces. Además, comprender los factores que determinan la aparición de cepas virulentas permitirá anticiparse a nuevas variantes y diseñar medidas de prevención más eficientes.

4. Desarrollo de nuevas vacunas

Las vacunas actuales han mostrado eficacia variable debido a la gran diversidad genética del PRRSV. Sin embargo, los avances en biotecnología están abriendo nuevas posibilidades para mejorar la inmunización. Las líneas de investigación más prometedoras incluyen:

  • Vacunas de ARNm, que podrían ofrecer protección más específica y adaptable ante la variabilidad del virus.
  • Edición genética mediante CRISPR/Cas9, con el objetivo de desarrollar cerdos genéticamente resistentes al PRRS.
  • Vacunas con vectores virales que mejoren la respuesta inmunitaria sin riesgo de recombinación con cepas de campo.

La combinación de estas estrategias permitirá avanzar en la lucha contra el PRRS y mejorar la protección de las granjas.

Perspectivas futuras

El PRRS es un problema global que exige un enfoque colaborativo y multidisciplinario. La evolución del virus seguirá representando un reto, pero la implementación de medidas de bioseguridad avanzadas, la mejora en el diagnóstico y el desarrollo de vacunas innovadoras permitirán reducir su impacto en la producción porcina. La clave para un control efectivo radica en la vigilancia epidemiológica, la inversión en tecnología y la adopción de prácticas de manejo más estrictas. La industria debe continuar explorando nuevas estrategias y reforzar la cooperación entre todos los actores del sector para minimizar las pérdidas y avanzar hacia un mejor control de la enfermedad en los próximos años.

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