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F. Borque: “Las maternidades tarde o temprano se impondrán”
09 de junio de 20 - Casos de éxito
Convencido de que su futuro estaría vinculado a la ganadería, porque era lo que había visto toda su vida en casa y lo que le apasionaba, hace 27 años, Fernando Borque empezó a trabajar junto a su padre en el negocio familiar, la porcicultura, y a invertir en su futuro. Así pues, la granja, que en 1984 iniciaba su actividad con 100 madres, pasó a contar con 300 reproductoras. Tras sucesivos aumentos, en 2019 Fernando decidió ampliar las instalaciones y pasar de 900 madres a 1.550. La principal particularidad de dicha ampliación ha sido su apuesta por trabajar con maternidades libres.
¿Por qué decide dedicarse a la producción porcina?
Es un negocio familiar. Mi padre empezó hace 35 años, por lo que yo siempre lo he visto en casa. Me gustan mucho los animales, así que desde el principio tuve muy claro a lo que me quería dedicar.
¿Cómo ha evolucionado la granja?
Empezó mi padre con 100 cerdas, luego me sumé yo hace 27 años y subimos el censo de la granja de 100 a 300 cerdas, más tarde pasamos a 700, posteriormente a 900 y, en esta última ampliación, hemos alcanzado las 1.550 cerdas. Siempre hemos trabajado con maternidades y destete.
¿Cómo tiene distribuida la granja?
Tenemos dos naves de gestación, en las cuales, casi en el 70-80%, utilizamos el método de inseminar y soltar, con boxes de libre acceso. Luego tenemos la nave de maternidad con 360 plazas, dos naves de destete con 6.000 plazas, una cuarentena y una nave de desvieje.
¿Cuantas personas trabajan en la granja?
Somos seis empleados: 2-3 personas en gestación, 2 en maternidad, 1 en destete y yo, que hago de apoyo en las distintas fases. Hacemos turnos semanales, con lo cual medio equipo trabaja de lunes a viernes de 7:00 a 13:00 y el otro de 7:00 a 15:00, más fines de semana. Yo también estoy por las tardes para ver como ha ido el día y preparar el siguiente.
Foto del equipo que trabaja en la granja. Foto: Rotecna.
En esta granja se trabaja con maternidades libres. ¿Por qué apostó por este tipo de sistema de alojamiento?
Creo que es el futuro del sector y que tarde o temprano se va a imponer. En la última feria de FIGAN en Zaragoza, vimos que, en los estands de las principales empresas de material para granja, lo que más destacaba era este tipo de alojamiento en maternidades, y consideramos que eso era un indicativo más de hacia donde vamos. Por ello, en la última ampliación, apostamos por incorporar este modelo. Ahora tenemos 160 parideras libres (5 salas de 32 plazas) y 200 convencionales (10 salas de 16 plazas y 5 salas de 8 plazas).
¿Qué características tienen las plazas libres con las que trabaja?
Son plazas de un total de 6,25 metros cuadrados, concretamente miden 2,60 metros de profundidad por 2,40 metros de anchura. El sistema con el que trabajamos nos permite tener las cerdas enjauladas, como en una paridera convencional, los 4-5 primeros días tras el parto y, al quinto o sexto días, las soltamos y trabajamos sin problemas hasta los 28 días de lactación, cuando hacemos el destete.
¿Qué beneficios que destacaría respecto al corral convencional?
Es pronto para extraer conclusiones sobre el número de bajas, pero lo que sí hemos notado en estos primeros días es que parece que los aplastamientos son bastante menos frecuentes que en las parideras convencionales (que son de 1,80 m x 2,60 m). Por otra parte, en cuanto al trabajo, resulta mucho más cómodo para el empleado, por el espacio del que dispone tanto cuando la cerda está encerrada como cuando se trabaja con la paridera libre. Los empleados están muy satisfechos con el nuevo modelo de alojamiento. Además, también se nota que el animal está mucho mejor.
¿Cuáles son las principales diferencias entre gestionar un parto estándar y un parto libre?
Realmente hay pocas, pero el manejo es mejor y más cómodo para los empleados, ya que disponemos de más espacio a la hora de movernos alrededor de la cerda y asistirla. Por lo demás, pocos cambios: gestionamos los partos igual que en las parideras convencionales, donde también hacemos el manejo con nidos, a los cuales los lechones se adaptan rápidamente, por lo que conseguimos reducir las bajas y garantizar una zona de confort. Por la noche, en ambos sistemas, dejamos un foco de apoyo, pero durante el día no hay ninguna luz y el lechón va igualmente al nido sin problemas. Es cierto que ponemos más papel que en una plaza convencional, pero se debe a que el corral también es más grande. En conclusión, más allá de la comodidad en el manejo para los empleados, en todos los partos trabajamos con los mismos elementos: papel, nido, placa de calefacción y foco durante la noche.
¿Cree que el futuro del sector pasa por este modelo de plazas de maternidad?
Sin duda, especialmente por la demanda del consumidor, que cada vez demanda mayor bienestar animal. Tarde o temprano el cambio va a ser obligatorio.
Destete con la Swing R3 instalada. Foto: Rotecna.
En cuanto al equipamiento de la granja, buena parte de los productos que tiene instalados son de Rotecna. ¿Por qué se decidió por su uso?
Principalmente, por la buena relación calidad-precio de los productos. En mi opinión, respecto a otras marcas, es la que ofrece un mejor equipamiento. Por otra parte, son productos de fácil instalación y manejo, y te garantizan una buena durabilidad. Hay productos que instalamos hace más de 15 años, y no ha habido necesidad de renovarlos.
¿Cuáles son los principales productos Rotecna que tienen instalados?
Prácticamente todo lo que tenemos es de Rotecna: dosificadores, rejillas de maternidad y destete, nidos, la tolva Swing R3, el Feeding Ball, los paneles de plásticos, el sistema de distribución de pienso…
En maternidad, trabaja con los Ni-2 transparentes. ¿Qué ventajas aportan respecto a otros modelos del mercado?
Te garantizan el confort de los lechones, algo fundamental. El hecho de que sean transparentes facilita ver a los animales y asegurarse de que ninguno se queda atrás. Creo que en maternidad es muy acertado trabajar con nidos.
¿Cómo utiliza los Ni-2 en maternidad?
Los utilizamos durante toda la lactación, desde que nace el lechón hasta los 28 días, en que hacemos el destete. La primera semana trabajamos con el nido en la zona más baja y luego, a medida que van creciendo los animales, lo subimos hasta la parte más alta. El foco lo utilizamos el día del parto para la recogida de los lechones más pequeños de la camada y por la noche. Junto con el nido, trabajamos con placas calefactoras, para las que disponemos de un regulador que controlamos desde el móvil. Empezamos con 37-38 grados postparto y vamos bajando la temperatura paulatinamente, a medida que avanza la edad del lechón. La temperatura en la zona del nido es perfecta si vemos que los animales reposan cómodamente debajo de la cubierta.
Sala de maternidad con Ni-2 transparentes. Foto: Rotecna.
Ante las amenazas sanitarias existentes, como la PPA, ¿qué medidas de bioseguridad adoptan en la granja?
Intentamos ser lo más rigurosos posible en la aplicación de medidas de bioseguridad, ya que esta zona es muy densa en ganado porcino. En primer lugar, solo permitimos visitas a la granja los lunes por la mañana, siempre que no se haya estado en ninguna otra durante el fin de semana; para entrar en la granja es obligatorio ducharse y cambiarse de ropa; tenemos doble vallado; además, en cuanto terminemos las obras, trabajaremos por colores (los empleados irán vestidos de distintos colores) para diferenciar las distintas zonas/naves de la granja (gestación, maternidad, cuarentena, destete y desvieje). En zonas de alta densidad porcina como esta hay que tener mucho cuidado.
En este sentido, trabajar con paneles de plástico como los de Rotecna, ¿tiene ventajas para reducir la proliferación enfermedades?
Sí, principalmente por la limpieza: es más fácil y eficiente limpiar un panel de plástico que un tabique de hormigón o de hierro. Nosotros hasta ahora trabajábamos con hormigón y hemos comprobado que, a la hora de limpiar, queda mucho más limpio un panel de plástico que uno de hormigón. Además, el trabajo se realiza en menos tiempo, por lo que se reducen costes en mano de obra y hay un importante ahorro de agua. Es más, en la parte antigua, cuando se rompe algún tabique de hormigón, lo reponemos con paneles de plástico.
¿Qué retos de futuro se plantea?
Terminar de poner en marcha la ampliación de la granja. Ha sido una gran inversión y hay que ir poco a poco para amortizarla. En un futuro, nos gustaría trabajar con todas las parideras libres y cerrar el ciclo, hacer toda la pirámide de producción.