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Estudio técnico
¿Cómo podemos maximizar la ingesta de pienso en las cerdas lactantes?

¿Cómo podemos maximizar la ingesta de pienso en las cerdas lactantes?

07 de octubre de 19 - Estudios

Durante el periodo de lactación de las cerdas, el balance energético suele ser negativo, ya que los requerimientos para el mantenimiento y especialmente para la producción de leche son superiores a los aportados con el consumo de pienso. Además, cada día nos encontramos en las explotaciones con genéticas más prolíficas, lo que exige una mayor producción de leche para sacar adelante una camada cada vez más numerosa. Como consecuencia de este balance negativo, las cerdas suelen perder condición corporal durante esta etapa. Diversos estudios constatan que una pérdida excesiva de peso durante la lactación alarga el intervalo destete-cubrición y reduce la tasa de ovulación, con lo que no sólo repercute en los resultados reproductivos posteriores, sino también en la prolificidad del parto siguiente. En consecuencia, estimular el consumo de pienso de las cerdas lactantes es un aspecto prioritario para destetar lechones con buen peso, minimizar las pérdidas de condición corporal de las cerdas y obtener unos buenos resultados reproductivos en el ciclo siguiente. El consumo de pienso se ve influido por muchos factores, como la temperatura ambiente, la genética, la paridad, el estatus sanitario, la condición corporal de la cerda, etc., pero el sistema de suministro de alimento es tan importante como estos factores.

El Feeding Ball es un dispensador de caída lenta especialmente indicado para maternidades, que permite la alimentación restringida o ad libitum de las cerdas, con lo que se consigue maximizar el consumo de pienso en maternidad. El animal aprende rápidamente el funcionamiento del mecanismo por su movimiento natural de hozar y por la fácil accesibilidad a la bola. Además, la disponibilidad de pienso en base a la demanda del animal permite que la cerda coma pienso fresco las 24h del día, según su apetito, y que se minimice su desperdicio, ya que, de este modo, no se suministran grandes porciones de alimento de golpe. Así, nos aseguramos que cubrimos las necesidades de la cerda, a la vez que evitamos el desperdicio de alimento, factor imprescindible, si se tiene en cuenta que la alimentación constituye el principal coste de las explotaciones porcinas.

MATERIAL Y MÉTODOS

Para corroborar las ventajas de este mecanismo de alimentación en maternidad, se realizó un estudio en una granja comercial de producción de lechones. La explotación en cuestión, Albiporc SLU, con 640 cerdas productivas de genética Nucleus, está situada en la provincia de Lleida e integrada por la empresa Vall Companys. La prueba se realizó en dos salas de maternidad, con 12 plazas cada una. Las cerdas disponían de un comedero de inoxidable con un chupete de pico pato con caudal aproximado de 2-2,5 l/min, más un grifo para el suplemento de agua adicional después de cada comida. La ventilación era forzada, con temperatura ambiente objetivo de 23ºC.

La prueba se realizó con un total de 258 cerdas, repartidas en 22 lotes. El diseño experimental incluyó dos tratamientos: control y Feeding Ball. En el control, se mantuvo el manejo de alimentación que ya tenía la explotación, con dos suministros al día, mientras que en el tratamiento Feeding Ball el manejo fue el mismo que en el control hasta el día 6 y, a partir del día 7 post-parto, las cerdas fueron alimentadas ad libitium hasta el destete. Dentro de cada lote, las cerdas fueron asignadas aleatoriamente a uno de los dos tratamientos, en función del número y fecha de parto. Las camadas de lechones fueron igualadas entre tratamientos por número de lechones y peso, y en ninguno de los dos tratamientos los lechones tuvieron acceso a pienso. El manejo previo y posterior a la lactación experimental fue el mismo para todos los animales.

Para evaluar el efecto de los tratamientos en los rendimientos productivos, se registró un conjunto de parámetros de la cerda y de los lechones durante la lactación experimental. En primer lugar, se controló el consumo de pienso individual, así como el consumo nocturno (18h-8h) de las cerdas con Feeding Ball. Para evaluar la pérdida de condición corporal, se midió el espesor de grasa dorsal (EGD) de las cerdas, así como el peso vivo de las mismas. En lo referente a los lechones, se registró el peso de las camadas y la mortalidad desde el post-parto hasta el destete. Posteriormente a la lactación experimental, se siguieron los resultados de salida en celo de las cerdas, así como los resultados de prolificidad al parto siguiente.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Los resultados de la prueba muestran como el Feeding Ball es un mecanismo muy eficaz para maximizar el consumo de pienso en lactación, aún comparándolo con un sistema de suministro manual muy afinado. El consumo diario por cerda, desde el parto hasta el destete (aproximadamente 21 días), se incrementó casi medio quilo al día con el Feeding Ball (6,91 kg/día) respecto al control (6,42 kg/día), con diferencias estadísticamente significativas. Durante la segunda semana de lactación fue cuando se obtuvieron mayores diferencias de consumo entre tratamientos (más de 1,5 kg/día), ya que era cuando las cerdas Feeding Ball eran liberadas con alimentación a voluntad. Hay diversos motivos que pueden justificar el elevado consumo de pienso que se consigue con el Feeding Ball. En primer lugar, es un dispositivo que no sólo permite la alimentación racionada, sino también ad libitum. De este modo nos aseguramos que cubrimos la apetencia individual de consumo de cada cerda, a la vez que evitamos el desperdicio de pienso por excedernos con la ración. Hay que tener en cuenta que el consumo en lactación varía no sólo en función del número de parto, sino también según la condición corporal de las cerdas. Las cerdas muy grasas son las que acostumbran a dar problemas de consumo en lactación, lo que se traduce en lechones destetados con menor peso, a pesar de las importantes reservas corporales que tiene la cerda. Otra ventaja muy importante del Feeding Ball es que el animal siempre dispone de alimento fresco, ya que es la cerda quien decide cuándo comer. Esta característica permite que en épocas más calurosas, cuando el consumo en lactación es más crítico, las cerdas coman más de noche. Además, el Feeding Ball hace que no sólo haya una menor sumisión de la mano de obra a la hora de regular la dosificación de cada cerda, sino también una menor dependencia de los horarios estrictos para dar de comer 2-3 veces al día, especialmente en genéticas hiperprolíficas, en las cuales los requerimientos de consumo son mayores.

¿En qué se traduce este incremento de consumo de pienso de las cerdas alimentadas con el Feeding Ball? En este caso, se observó una menor pérdida de condición corporal de las cerdas, tanto de peso como de espesor de grasa dorsal. Aunque las cerdas en el tratamiento control ya obtenían muy buenos resultados, con una pérdida media de peso de tan sólo 1,3 kg y una disminución de 2,1 mm de grasa dorsal durante la lactación, se observaron diferencias estadísticamente significativas con el tratamiento Feeding Ball en ambos parámetros. En la prueba, las cerdas Feeding Ball ganaron peso durante la lactación (2,58 kg) y tan solo perdieron 1,2 mm de espesor de grasa dorsal. Aún así, no se observaron diferencias en la salida en celo posterior ni en la prolificidad al parto siguiente. La poca pérdida de peso de las cerdas en el tratamiento control (-0,5%) puede explicar que no se observaran diferencias entre tratamientos en los parámetros posteriores al destete, ya que la bibliografía hace referencia a pérdidas de peso superiores al 10-15% para repercutir significativamente en estos parámetros.

En lo referente a los lechones, no se observaron diferencias significativas de peso al destete entre tratamientos. No obstante, en ambos grupos se obtuvieron muy buenos resultados, con un peso al destete de casi 6,4 kg con una media de días de lactación próxima a los 21 días. Varias fuentes bibliográficas mencionan la prioridad de la cerda lactante en cuanto a la producción de leche para alimentar a los lechones, a costa de la pérdida de condición corporal. Esta propiedad explicaría el hecho que el incremento de consumo de pienso de las cerdas Feeding Ball repercutiera en una menor pérdida de condición corporal de las cerdas, pero que no se observaran diferencias en el crecimiento de los lechones.

CONCLUSIONES

Cada día más, nos encontramos con cerdas más prolíficas en las granjas. Esto implica unas exigencias de consumo de pienso mayores en una etapa como la lactación, en la cual el balance energético suele ser negativo. Estas necesidades convierten al Feeding Ball en un mecanismo muy eficaz, ya que permite incrementar el consumo de pienso en maternidad (0,5 kg/día, en este estudio), minimizando las pérdidas de condición corporal (incluso conseguimos que las cerdas ganaran peso) y todo esto dejando que sea la misma cerda la que regule su consumo en base a sus necesidades individuales.

Aunque los resultados del estudio han sido muy positivos, se esperaría que en una granja con un control no tan productivo y con cerdas aún más prolíficas, las diferencias entre el tratamiento control y Feeding Ball fueran mayores.

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