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¿Qué le dapara el 2025 al sector porcino?

¿Qué le dapara el 2025 al sector porcino?

17 de diciembre de 24 - Noticias

El sector porcino español ha experimentado este año un crecimiento económico positivo, impulsado por un desequilibrio los sacrificios y la producción, lo que ha elevado los precios. Sin embargo, 2025 se perfila como un año de desafíos, con la necesidad de adaptarse a nuevas normativas de bienestar animal, afrontar problemas sanitarios y fortalecer la competitividad en el mercado internacional. Además, la inteligencia artificial emerge como una herramienta con gran potencial para mejorar la prevención y la eficiencia en las granjas. Hablamos de todas estas cuestiones con Miguel Ángel Higuera, director de ANPROGAPOR.

Para ponernos en contexto, ¿cuál es el punto de partida? ¿Cómo ha sido el 2024?
Ha sido un año curioso y positivo para el sector desde el punto de vista económico. Seguimos teniendo un desajuste entre la capacidad de sacrificio y la producción, y ese problema ha repercutido positivamente en los precios. Es decir, necesitamos más cerdos de los que somos capaces de producir, y ese desajuste conlleva que el diferencial de los precios en el mercado resulte positivo. Además, tenemos sobre la mesa algunas cuestiones que complican al sector, pero que no estamos abordando de una forma tan contundente como si tuviéramos unos precios más ajustados. Me refiero sobre todo a temas de competitividad a nivel de salud animal y enfermedades. 

Además de estas cuestiones, ¿qué desafíos debe afrontar el sector porcino español en 2025?
Tenemos encima de la mesa algunos temas que nos pueden afectar muy de lleno. Primero, la adaptación a la normativa de bienestar animal, el Real Decreto 159/2023, que nos obliga a modificar las densidades de los animales en las granjas de engorde. El comienzo del 2025 se prevé difícil en lo que se refiere a este tema, ya que todavía estamos viendo cómo ajustar las producciones para el cumplimiento de la normativa, y midiendo el impacto que podemos tener en la cabaña. Las perspectivas para el 2025 habrían sido incrementar la producción pero, con la aplicación de la normativa, puede ser que se compliquen. Por otra parte, tenemos los constantes problemas a nivel de autorizaciones ambientales para construir nuevas granjas. Existen algunas regiones con un potencial de crecimiento importante en las que tenemos serias dificultades en lo relacionado con este tema, y a esto se añaden las complicaciones para conseguir ampliaciones. Además, están los problemas sanitarios que tenemos ahora mismo, como los brotes de PRRS, pero no cabe duda de que uno de los aspectos que debemos trabajar, y cada vez más, es seguir estableciendo políticas de protección para evitar que nos entre la peste porcina africana (PPA). Seguramente, este es uno de los temas más importantes, porque sin la seguridad de tener un país libre de PPA, todo lo demás no tiene sentido. En 2025 también finalizará el proceso de investigación de las autoridades chinas en el procedimiento de dumping de precios, y España puede ser uno de los grandes afectados, puesto que somos el principal exportador.

Se habla mucho de la aplicación de la IA en nuestro sector. ¿Qué papel prevés que tenga?
Quizá el próximo año aún sea pronto pero, a corto plazo, sí que va a tener un papel bastante importante, sobre todo si la vinculamos con el análisis de datos. Creo que tiene un potencial muy importante en cuanto a la programación de los procesos que tenemos mecanizados en las granjas, y que nos puede ofrecer un conocimiento sobre nuestros animales para avanzar hacia lo que todos queremos, que es la prevención. Es decir, si gracias a la sensorización y a la tecnificación de las granjas, la inteligencia artificial nos puede adelantar qué hechos son probables que sucedan, podremos saber qué tendríamos que hacer para evitar la posibilidad de que ocurran. De todas maneras, tampoco hay que darle el peso tan grande que mucha gente le está dando, ni pensar que lo puede solucionar todo.


La normativa de bienestar es uno de los desafíos para 2025. Foto: Rotecna.

A nivel de mercado, ¿cómo cerró 2024 y cómo se prevé que sea 2025?
Ahora mismo hay mucha presión a nivel de mercado y hay que ser muy competitivo para exportar. En este momento, los precios de la Unión Europea no es que sean muy competitivos y, por ello, levamos prácticamente tres años perdiendo acceso al mercado de terceros países. España está haciendo una cosa bastante importante, que es orientar mucha parte de las exportaciones al mercado interno europeo, y esto tiene sus ventajas. En primer lugar, que es un mercado más cercano. Después, que, en caso de tener cualquier problema sanitario, se acepta la regionalización. Y, por último, ahora mismo tiene mejor precio que los mercados exteriores. Entonces, se prevé que en 2025 la tendencia sea esta, y que, si China impone aranceles, se pueda perder más cuota de mercado al país asiático. Por lo tanto, el objetivo es ir retomando y conquistando todavía más si cabe el mercado interno de la Unión Europea.

¿Y a nivel de consumo, están cambiando las tendencias?
Los últimos años han sido demasiado cambiantes por factores externos. En época COVID-19, el consumo de carne de cerdo se disparó en los hogares y, tras ese período, tuvimos un repunte a la baja. Sorprendentemente, y de forma muy positiva, en 2024 hemos vuelto a tener un repunte positivo, con lo cual las expectativas son optimistas, ya que no se está produciendo la caída tan marcada que algunos habían pronosticado. No queremos decir que esto ya está solucionado y que siempre vamos a tener consumo de carne de cerdo, pero sí que podemos decir que se está manteniendo mejor de lo que esperábamos. 

¿Qué podemos hacer para mejorar la imagen de nuestro sector y asegurar que los consumidores sigan demandando nuestro producto?
Debemos trabajar internamente para hacer frente a posibles ataques y tener la capacidad de solucionarlos. Así pues, lo primero es tener claro que, como sector, todo lo que decimos, lo hacemos, y que la calidad del sector porcino es altísima. Lo segundo es mejorar la comunicación, aún más si cabe. Debemos comunicar e informar sobre qué es lo que estamos haciendo, cómo lo estamos haciendo, y transmitir ese orgullo de sector que tenemos los que formamos parte de él. Y esto no sólo es tarea de la interprofesional, también lo es de todos y cada uno de los miembros que participamos dentro de este sector. Por lo tanto, hay que trasladar todo nuestro día a día para que la gente conozca de primera mano las bondades del sector. Nosotros somos muy conscientes de ellas y somos los mejores comunicadores de esto. Por eso, debemos hacer un esfuerzo extra y hacer llegar a la sociedad por qué el sector porcino es tan importante y qué es lo que nos ha llevado a la posición de liderazgo mundial que tenemos.

Por último, la falta de relevo generacional sigue siendo un problema. ¿Cómo lo podemos combatir?
Hay que trabajar para motivar a las nuevas generaciones, para que vean que el sector porcino es un futuro profesional adecuado y de gran calidad de trabajo. En mi opinión, hay que remarcar que sin las personas no hacemos sector. Por muchos cerdos y muchas granjas que haya, las personas y los profesionales están detrás de todo. Hay que motivar y explicar a la gente que nuestro sector garantiza una calidad de vida, una viabilidad económica adecuada y es un sector francamente bonito en el que trabajar. Por lo tanto, hay que motivar a esos profesionales que no nos conocen para que puedan venir a trabajar y apostar por nosotros.

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