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Causas y efectos de la subida de los precios del pienso
28 de junio de 22 - Noticias
El incremento de precios de las materias primas que se vive a nivel mundial ha salpicado de forma notoria al sector agrícola y ganadero. El encarecimiento del pienso provocado por la escalada del coste de los cereales ha supuesto un reto para los productores de porcino de todo el mundo que, al mismo tiempo, deben afrontar la subida del precio de la energía, sin olvidar las amenazas sanitarias propias de la actividad. Para conocer cómo se ha llegado hasta este punto, hablamos con diferentes profesionales de nuestro sector, que nos ofrecen su punto de vista ante esta situación y nos explican cuáles pueden ser las soluciones.
A lo largo de la segunda mitad de 2021, el precio de las materias primas agrícolas empezaba una escalada sin precedentes. Como explica Lola Herrera, gerente de Rogah Global, “hasta febrero de 2022, los precios subieron por una serie de circunstancias relacionadas con la climatología: las cosechas de maíz que estaban previstas en Brasil no llegaron a su fin y se rebajó la producción de forma significativa”. Y añade: “En el norte de EE. UU. y en Canadá se perdió gran parte de la cosecha de trigo debido a la sequía, y en Europa, sobre todo en Ucrania y en Rusia, también se vivió una reducción significativa a causa de la sequía. A estos problemas climatológicos debemos añadir que China compró grandes cantidades de maíz y soja por el crecimiento de su cabaña porcina. Todo esto provocó que ya en enero de este año los precios fueran muy elevados”.
A partir de febrero de 2022, los precios se disparaban aún más debido a la invasión de Ucrania, país considerado como el granero de Europa. “Este conflicto político ha sido la gota que ha colmado el vaso, ha desestabilizado aún más el mercado y ha obligado a muchos agentes importadores a buscar otros puntos de abastecimiento”, expone Sebastià Arnau, responsable de compras del grupo Vall Companys. Desde ese momento, las exportaciones ucranianas se paralizaron y los precios subieron de forma significativa, no solo para España (que importa entre 12 y 15 millones de toneladas de cereales al año), sino para todo el mundo, puesto que Ucrania y Rusia exportan el 29% del trigo a nivel mundial, el 20% del maíz y un 80% del aceite de girasol. Ante estas cifras, la existencia de un problema en esa zona genera un impacto que obliga a cambiar los flujos de mercado y a buscar alternativas en otros mercados. En este sentido, Herrera apunta que “cuando cambia el flujo siempre hay un cambio en los precios”.
Producir una tonelada de pienso cuesta alrededor de 400 euros. Foto: Vall Companys.
¿CÓMO HA AFECTADO LA SUBIDA?
Como explica Arnau, “en el último año, producir una tonelada de pienso se ha encarecido alrededor de un 50%, y actualmente cuesta alrededor de los 400 euros, cuando hace un año era muy extraño y difícil llegar a los 300 euros”. Sobre este encarecimiento, Arnau asegura que “es importante que los diferentes agentes que participan en el sector del consumo y la alimentación entiendan que, para hacer la cadena sostenible, todo el mundo tendrá que asumir una parte del coste”. Y añade: “Siempre es importante que la repercusión de los costes de producción de la parte inicial de la cadena de valor se traslade de forma responsable a los siguientes eslabones. El consumidor español debe ser consciente de que España es un país hipereficiente a nivel productivo y que, por ello, tiene la mejor carne de calidad a un precio más razonable que otros mercados competidores”. Del mismo modo, Manuel García, presidente de INTERPORC, insiste en que los consumidores deberán ser los que finalmente paguen los efectos de esta subida y que se debe establecer una conexión directa entre el coste de producción de la carne y su precio de venta en el supermercado, aunque considera que “la carne de cerdo está envuelta en un mercado global, y su precio va a depender de muchos movimientos”.
Estos movimientos en el precio de los piensos tienen como principal consecuencia la inflación y no sólo por el incremento en el coste de las materias primas, sino también por el incremento en el coste de la energía. “Para producir carne, alrededor de un 75% del coste corresponde a las materias primas que se utilizan. Si ahora el precio de la energía es tres veces más alto que en 2020 y el de los piensos ha crecido más de un 30%, esto tiene que escalar a otras partes de la cadena”, detalla Herrera.
Pese a todo lo expuesto, una parte muy importante de la producción porcina española está integrada y, como detalla García, “ha sido precisamente este modelo de integración el que ha permitido al ganadero soportar crisis como la que estamos viviendo, y a la integradora diversificar su trabajo, centrarse en la comercialización de la carne, permitiendo que el ganadero pueda profesionalizarse y focalizarse en el cuidado de los animales”. Y añade: “Ante la situación existente, lo que debemos seguir haciendo es profesionalizarnos en lo que a cada uno nos corresponde”. En este sentido, es estrictamente necesario que los ganaderos continúen trabajando de la manera más eficiente para que los costes de producción sean los más bajos posible, y mantener todas las medidas de bioseguridad y de bienestar animal para obtener el máximo rendimiento de los animales. Además, García recuerda que “España es un país libre de PPA desde hace más de 30 años y tenemos que ser muy escrupulosos con el mantenimiento la bioseguridad en nuestras granjas, porque existe un riesgo muy alto”.
Vista aérea de una de las fabricas de pienso de Vall Companys. Foto: Vall Companys.
PERSPECTIVAS DE FUTURO
Que las cosechas que están en ciernes finalicen adecuadamente, que el mercado de la energía se tranquilice y que finalice el conflicto en Ucrania para poder retomar los embarcos desde el mar Negro, son los tres factores que Herrera considera necesarios para que las aguas vuelvan a su cauce. “El mercado agrícola y ganadero se ajusta muy bien a las situaciones, pero una crisis como la actual no se ha vivido a nivel global. La parte positiva es que en España se produce muy bien, que hay una industria muy potente y, sobre todo, que existe una alta demanda del producto acabado (de carne de cerdo). En este sentido, hay posibilidad de mantenerse, pero lo importante es que el tiempo sea bueno, que las cosechas fluyan y que se solucione lo que ha provocado esta subida desde el 24 de febrero hasta hoy”, apunta Herrera.
Por su parte, García opina que la solución a este problema puede traerla, principalmente, el final del conflicto bélico: “La dificultad que ahora tiene Ucrania para exportar sus materias, junto a la dificultad de siembra, crea una incertidumbre de futuro que en la actualidad nos afecta a todos, aunque en este momento nos encontramos en un período un poco más calmado por la llegada de barcos procedentes de América con los cereales que necesitamos”.
Por último, Arnau, que alerta de la estabilización del coste de las materias primas a niveles altos, espera que durante los próximos meses se pueda volver a unos valores más asequibles, a la vez que reclama el apoyo de las instituciones. “Es necesario que las instituciones públicas entiendan más y mejor qué es lo que se hace en el sector primario y en la industria alimentaria. Si nuestro sector fue esencial para la economía durante los momentos más duros de la pandemia, también entenderán que lo es actualmente”, concluye.